Diez disparos fue lo que alertó a los trabajadores de la empresa concretera "Pulpi", ubicado en el sector Los Potocos de Barcelona, que habían asesinado a su compañero y sindicalista, Jesús Alberto Hernández, de 37 años de edad, en las afueras de las compañía.
A las 6:30 de la mañana de ayer, al parecer, su amigo apodado "el negro", fue a buscarlo a su vivienda, ubicada en la calle I del sector II de Los Potocos y lo dejó a 500 metros de la empresa que está dentro de un galpón, donde lo estaban esperando un grupo de jóvenes, pues él sería el puente para que tres obreros de la comunidad entraran a trabajar.
Así lo manifestó la esposa del fallecido, Josefina Cotua. Precisó que un sujeto que estaba escondido en el grupo, sacó su arma de fuego y le propinó varios balazos, por lo que él cayó desplomado, sin signos vitales y boca arriba.
Mientras que su homicida salió corriendo.
Zozobra
Cotua manifestó que su pareja vivía bajo constantes amenazas de muerte, puesto que, según, él era el encargado de poner a trabajar a la comunidad.
Asimismo aseguró que constantemente lo iban a buscar a su casa en diferentes carros, sin embargo, aseguró que Hernández no andaba en malos pasos y solo ayudaba a la comunidad. Hace dos meses puso a trabajar a varios moradores en la compañía Pulpi.
Algunos vecinos, quienes estaban alrededor del cuerpo, llorando y asombrados por lo sucedido, comentaron entre ellos que al parecer, el responsable del crimen, fue un hijo de una moradora llamada Margarita.
Mientras que otros aseguraron que el homicidio se llevó a cabo con ordenes desde el recinto penitenciario José Antonio Anzoátegui, mejor conocido por Puente Ayala.
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