Los ataques con granadas a manos del hampa se comenzaron a hacer más frecuentes en ciertas zonas del país. En Anzoátegui, han habido muy pocos casos. Ayer ocurrió uno.
A la 1:40 pm, aproximadamente, el oficial Jesús Ríos, almorzaba solo en la estación de Polianzoátegui de Agua Potable, en Pozuelos, cuando una granada cayó dentro de la casilla.
El agente, como pudo, se colocó detrás de un escritorio, con el cual pudo resguardar su integridad, aunque salió levemente herido.
Al sitio acudieron comisiones de Polianzoátegui, Polisotillo, y también unidades del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), con las unidades antiexplosivos y de investigaciones, y el Cicpc.
Ataque
Por vías extraoficiales se pudo saber que Ríos se encontraba solo en el punto policial. Ese recinto, normalmente, cuenta con dos funcionarios, pero el otro efectivo de guardia había salido.
En ese momento, un sospechoso arrojó la granada dentro de la estación. El artefacto pegó de la puerta, que estaba entreabierta. Luego del estallido, el funcionario quedó aturdido y una esquirla lo alcanzó en un brazo.
La explosión alarmó a los vecinos del lugar. Testigos contaron que el sujeto que causó el ataque se trasladaba en una moto roja.
En los últimos tres meses, se reportaron tres ataques con granadas, contando el de ayer en Pozuelos. El pasado 21 de junio, un reo murió en calabozos del CCP El Tigre. Otro recluso la detonó.
Esto ocasionó la destitución de varios agentes radicados en esa comisaría.
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